Fisio respiratoria

08.07.2015 15:00

Fisio respiratoria

06.07.2015 11:39                           

La fibrosis quística es el prototipo de enfermedad respiratoria crónica en que las diversas técnicas son aplicables a lo largo de la historia natural de la enfermedad, desde los primeros años en los que las manifestaciones respiratorias son apenas evidentes hasta el desarrollo de bronquiectasias generalizadas e insuficiencia respiratoria. Durante los primeros años los adultos son entrenados en la técnica de fisioterapia convencional (drenaje postural, percusión y vibración). La participación del niño se inicia entre los 2-3 años con ejercicios de soplar, con vibración simultánea sobre el tórax. A partir de los 3 años se introduce la técnica de espiración forzada, ejercicios de expansión torácica y el control de la respiración. A los 5-7 años se adiestran en ejercicios con aparatos. En la adolescencia es posible conseguir la autonomía del paciente. En los lactantes recién diagnosticados y durante los primeros 5 años de tratamiento la realización crónica de la fisioterapia respiratoria convencional, la presión positiva espiratoria y el ejercicio físico parecen más efectivos desde el punto de vista funcional respiratorio que el drenaje autógeno y el uso aislado de la técnica de espiración forzada2.

Durante estos primeros años de vida, la fisioterapia convencional modificada que elimina la posición en Trendelenburg se acompaña de una mejor evolución clínica, radiológica y funcional en comparación con la fisioterapia convencional3. La presión espiratoria positiva con mascarilla como única fisioterapia respiratoria durante un año se acompaña de mejor función pulmonar que el drenaje postural y la percusión4. En los mayores de 6 años, el ciclo activo de técnicas respiratorias produce a largo plazo mejores resultados funcionales que el flutter o el drenaje postural con percusión y vibración5. Otros ensayos a largo plazo han sugerido la inferioridad del flutter respecto al ciclo activo de técnicas respiratorias o la presión positiva espiratoria con mascarilla6,7. Sin embargo, 2 metaanálisis no han demostrado superioridad de otras técnicas respecto a la fisioterapia convencional combinada con ejercicio físico8,9.

Las bronquiectasias de otra etiología (inmunodeficiencias, discinesia ciliar primaria, atelectasia crónica) son susceptibles de tratamiento rehabilitador aunque las evidencias son insuficientes.

El trasplante pulmonar pediátrico se realiza más frecuentemente en pacientes afectados de fibrosis quística, aunque las indicaciones son más amplias. Los objetivos de la rehabilitación respiratoria son asegurar la eliminación de secreciones bronquiales, mejorar la capacidad funcional y aumentar progresivamente la tolerancia al ejercicio. Las técnicas fisioterapéuticas se combinan con un programa de entrenamiento de esfuerzo, tanto antes como después del postrasplante10.

El asma, cuando predomina la secreción mucosa y no está comprometida la ventilación, puede beneficiarse de la fisioterapia respiratoria. Sin embargo, los estudios en el asma grave aguda no han demostrado beneficio alguno respecto a placebo y los realizados en el asma crónica no han evidenciado mejoría de la función pulmonar11.

La fisioterapia respiratoria no acelera la curación de la neumonía aguda en comparación con placebo. Sin embargo, durante el proceso de resolución puede facilitar la movilización y eliminación de secreciones en pacientes incapaces de hacerlo por sí mismos, reduciendo el riesgo de atelectasia posneumónica1.

Su uso sistemático en pacientes ventilados mecánicamente no está avalado, y puede acompañarse de trastornos en la oxigenación e incluso de un mayor número de complicaciones respiratorias12.

En la profilaxis de las complicaciones respiratorias tras la intubación, los resultados no son concluyentes. En neonatos, la fisioterapia respiratoria activa tras la extubación no parece reducir el riesgo de atelectasia lobar cuando se compara con los cambios posturales, la aspiración de secreciones o la ausencia de tratamiento rehabilitador13-16. Tampoco su uso profiláctico tras la cirugía cardíaca parece aportar beneficio alguno17. La escasez de estudios aleatorizados con un número suficiente de pacientes limita la posibilidad de hacer recomendaciones firmes para la población pediátrica.

Su empleo en lactantes con bronquiolitis no está justificado18, aunque en los que precisan ventilación mecánica parece mejorar el volumen corriente y la oxigenación a muy corto plazo19.

En los pacientes con sospecha de aspiración de cuerpo extraño está desaconsejada dado el riesgo de enclavamiento en la vía aérea superior y de broncospasmo reflejo con su movilización proximal1