Sindrome meniscal

27.10.2015 17:47
 
El sindrome meniscal de rodilla representa una de las consultas más comunes en el consultorio de Medicina del Deporte. Como su nombre lo indica es un conjunto de síntomas y signos que molestan al paciente con diferente intensidad. En la rodilla existen dos meniscos: el externo y el interno. Ambos son fibrocartilagos articulares que a modo de amortiguador actúan protegiendo la integridad de la rodilla. Sepan que el bienestar de la rodilla de un paciente más aún del deportista de “pivot” es directamente proporcional a la supervivencia de los meniscos.

La incidencia de lesiones meniscales puede observarse en todas las edades de la vida pero tiene mayor importancia en deportistas jóvenes que practican deportes de Pivot (fútbol, basket, volley, etc.) El paciente deportista consulta habitualmente por dolor durante las maniobras de rotación en el eje axial de la rodilla, también tumefacción articular y sensación de bloqueos. Estos síntomas pueden presentarse en forma solitaria o también en forma combinada y son los que habitualmente llevan al paciente a la consulta. Puede existir algún antecedente traumático previo, pero a veces el paciente puede no recordarlo. Bastará un simple examen físico realizado por el especialista para corroborar la patología meniscal. 

Es importante saber que una lesión meniscal limita fuertemente la actividad deportiva de un paciente impidiendo en forma total o parcial el desarrollo de la misma. El diagnóstico a diferencia de lo que piensa el paciente es eminentemente clínico. La resonancia magnética ayuda a certificar la clínica del paciente. Un paciente debería saber que una resonancia realizada en una persona que practica deportes tres veces por semana tiene alta probabilidad de arrojar como resultado una ruptura meniscal, sin embargo el deportista puede estar completamente asintomático y no requerir de ningún tipo de tratamiento. De esto surge la frase: “no toda lesión meniscal necesita ser operada”.

El tratamiento dependerá de la sintomatología del paciente, de la necesidad del paciente y del tipo de lesión meniscal. Una lesión en el cuerno anterior del menisco externo prácticamente no produce síntoma alguno mientras que una ruptura meniscal en asa de cubo es muy sintomática y seguramente va a requerir de tratamiento quirúrgico. En general el paciente asocia la lesión meniscal con cirugía artroscópica de rodilla y es común que un paciente con sintomatología meniscal llegue a la consulta y sin importar la edad, el tipo de lesión o deporte que practica quiera someterse a una cirugía “mágica” para quitar definitivamente su dolencia.

Es importante dejar en claro que el menisco cumple una función crucial en la rodilla evitando el desarrollo de cambios degenerativos artrósicos a corto plazo. Por tal motivo la resección quirúrgica de un menisco a una corta edad de la vida inevitablemente va a producir cambios degenerativos artrósicos a corto plazo en la rodilla del deportista más aún si el paciente tiene la intención de continuar realizando deportes de contacto. Por lo tanto si el médico decide llevar a cabo una cirugía meniscal tendrá que realizar en la medida de lo posible una reparación del menisco y no una resección del mismo. Sin embargo existen lesiones meniscales que por diferentes motivos no pueden ser reparadas y van recibir una resección parcial o lo que es peor una resección total. Una vez tomada la decisión quirúrgica, el especialista deberá ser lo más económico posible con la resección del menisco. 

En conclusión la lesión meniscal es una patología extremadamente común, de diagnóstico eminentemente clínico y de tratamiento conservador. Si el especialista sugiere tratamiento quirúrgico por fracaso del anterior el mismo tiene que estar orientado en la medida de lo posible a la reparación del menisco y no a la resección del mismo. Llevada a cabo la cirugía el pronóstico de la misma suele ser muy alentador en la mayoría de los casos.