LUXACIÒN

08.01.2015 15:52

Cuando tenemos una luxación, lo primero que debemos hacer es inmovilizar la articulación afectada. Las maniobras para encajar de nuevo la articulación luxada debe hacerlas un médico en las primeras 24 horas.
A continuación podrás saber exactamente lo que sucede cuando se disloca una articulación y cómo actuar en estos casos.

El cuerpo humano tiene muchas articulaciones que permiten la movilidad de los miembros, y están formadas por la unión de unos huesos con otros mediante músculos, ligamentos y otros elementos. En situación normal estas piezas encajan perfectamente, pero a veces una de estas partes se separa de la otra y no vuelve a su posición natural, es lo que se llama una dislocación o luxación. Sin embargo hay veces en las que el hueso se desencaja de la articulación pero al momento vuelve a su cavidad, lo que se produce en estos casos es una subluxación.


La luxación o dislocación es la separación permanente de las dos partes de una articulación, es decir, se produce cuando se aplica una fuerza extrema sobre un ligamento produciendo la separación de los extremos de dos huesos conectados. Esta lesión deforma temporalmente e inmoviliza la articulación, provocando en ocasiones dolor repentino y muy intenso.

Las luxaciones suelen producirse en las articulaciones principales (hombros, caderas, rodillas, codos y tobillos), aunque también pueden darse en las pequeñas articulaciones de los dedos, pulgares y dedos del pie.
Las luxaciones no se tienen por qué dar en una situación especial. Un golpe, sin que sea necesariamente fuerte, en un sitio específico puede dislocar un miembro. Al igual que una caída con mal apoyo o una mala postura pueden hacer que se produzca esta lesión.

Así pues dependiendo de la zona afectada las causa de la luxación varían, pudiendo distinguir dos tipos: las luxaciones cuyo origen se da por un choque violento o un movimiento forzado, luxaciones traumáticas, y las asociadas con malformaciones anatómicas llamadas congénitas (normalmente de cadera).

Habitualmente las luxaciones de hombro, cadera, rodilla, tobillo, codo y espalda se dan por traumatismos, por tracción muscular, de forma espontánea, de causa congénita, luxación reincidente.
 
En función de cómo se produce la luxación o dislocación de la articulación, podemos distinguir las siguientes lesiones:
Desgarro capsular por luxación: La cápsula articular es una membrana que cubre los extremos de los huesos enfrentados en la articulación. Lo normal es que la cápsula no se desgarre, sino que se distienda y permanezca unida a los huesos dislocados (luxación típica). Otras veces, las menos, la cápsula se rompe y se desgarra (luxación atípica).
Lesiones musculares por luxación: Los músculos que rodean la articulación sufren contracturas y desgarros.
Lesiones óseas y cartilaginosas por luxación: Pueden ser frecuentes los arrancamientos óseos y las fisuras en el cartílago de la articulación.
Lesiones vasculares y nerviosas por luxación: Con dificultad de riego sanguíneo y pérdida de la sensibilidad en el miembro afectado.
Los síntomas de las luxaciones y subluxaciones son, como en la mayoría de lesiones traumatológicas, el dolor agudo e intenso, la zona hinchada y amoratada, hormigueo en la zona (en ocasiones), deformación del miembro, imposibilidad de moverlo y mayor probabilidad de volver a sufrir una lesión de este tipo debido a que los tejidos que rodean la articulación luxada se vuelven muy frágiles.

A veces, excepcionalmente, las luxaciones pueden dejar secuelas a largo plazo como por ejemplo el hombro congelado o la rigidez que casi imposibilita los movimientos de la articulación. 

El 10% de las luxaciones se acompaña de fracturas, con lo que se añaden a los síntomas de la luxación los de la fractura.
La mejor manera para tratar este tipo de lesiones es acudir al medico, pero en el caso de que quieras tomar medidas por tu cuenta existen normas para que lo hagas correctamente. Entre ellas no recolocar nunca la articulación ni manipular el miembro de ninguna manera, no aplicar pomadas ni medicamentos, no dar masajes en la zona lesionada, inmovilizar el miembro, aplicar frio local y dejar la articulación en reposo absoluto, ayudarán a que la recuperación sea más rápida.